El sábado último, durante el partido de rugby que disputaban las intermedias de San Luis y Lomas, se abrió un nuevo capítulo en base a los controles que se realizan a los deportistas. ¿Son suficientes o deben existir otro tipo de estudios para evitar muertes como la de Nicolás Gómez Cora?.
Nicolás Gómez Cora, jugador de la intermedia de Lomas, se desvaneció luego de ser sustituido casi al final del segundo tiempo del encuentro. Luego de trabajos de reanimación, el jugador fue trasladado a un hospital de La Plata donde falleció. ¿El diagnóstico? Estiman que fue un aneurisma, (dilatación de un vaso sanguíneo. Aquí sería la aorta, la principal arteria del cuerpo). Sólo con una autopsia se tendría un diagnóstico más certero.
Lo cierto es que en reiteradas oportunidades mueren deportistas a causa de problemas de salud no identificados por los estudios que su club les realiza. Esto lleva a pensar que se deben ampliar los chequeos, hacer análisis más profundos que determinen formaciones anormales o que alerten de posibles complicaciones.
Un jugador de rugby o de cualquier otro deporte en países europeos, Estados Unidos y Canadá, es sometido a pruebas físicas y médicas que acá, sólo la Alta Competencia, y en pocos casos, puede acceder. Este paso no es que no se puede dar por cuestiones económicas, sino por falta de infraestructura adecuada y también, un poco de apatía por parte de entrenadores, médicos y también deportistas.
Es hora que el sistema de salud cambie para todos. Desde los hospitales que colapsan hasta el control a los deportistas, que dan la vida por cada pelota, por cada jugada. La muerte de Gómez Cora, lamentablemente, debería ser el paso inicial para frenar con tanta negligencia que rodea al deporte argentino.
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